"Es una historia de amor a la identidad culinaria uruguaya, contada con sensibilidad y a través de la mirada de una figura carismática como Hugo Soca, cara conocida de la televisión local."
"¿Qué hace particular a la gastronomía uruguaya?, ¿La cocina tiene alma?, ¿existe una identidad culinaria uruguaya? Esas son las cuestiones que va buscando el chef Hugo Soca a través de distintos puntos de nuestro país y hablando con productores rurales en este magnífico documental de Pablo Banchero que cuenta con una preciosa fotografía de Fernando Blanco y la música de Luciano Supervielle. A través del testimonio de trabajadores rurales de Colonia, pescadores, políticos, sommeliers y hasta la madre de Soca, se va contando el quehacer de los trabajadores del campo, que son quienes realizan artesanalmente los ingredientes de nuestra cocina, así como el trabajo de todos aquellos que ayudan a construir la identidad gastronómica de los uruguayos."
"La primera proyección de Criollo, del realizador Pablo Banchero, está programada para este jueves en la Sala Movie Punta Carretas Shopping y en principio habrá otra función el miércoles siguiente en la Sala Movie Montevideo Shopping. Esta ópera prima del director de fotografía y de piezas publicitarias Pablo Banchero, con música original de Luciano Supervielle, fue filmada en 34 locaciones en las que el protagonista e hilo conductor del relato, el chef Hugo Soca, va en busca del producto local, rescatando tradiciones y el valor de la mesa familiar.
La película de 78 minutos por momentos bordea el espíritu de E il cibo va (Mercedes Córdova, 2017), documental en el que, como dice la sinopsis de Netflix, “expertos y epicúreos rastrean la migración de la cocina italiana y su evolución en el continente americano, y ahondan en los conceptos de origen, diáspora y herencia”. Cada lugar adopta a la vez que adapta las costumbres de sus inmigrantes, traslucen los declarantes, que en Criollo son gente de campo, productores, cocineros y una serie de notables en su materia, como la enóloga Estela de Frutos o Josep Roca, del prestigioso restaurante catalán El Celler de Can Roca, o el ex presidente José Mujica.
Los tramos nostálgicos sobre las costumbres de antaño y las chanzas de Soca con su madre octagenaria se alternan con testimonios que apuntan a delinear las bondades de la culinaria local y la importancia de sus materias primas. Junto con las anécdotas y las opiniones, el espectador puede detenerse en datos como que el queso Colonia es un sucedáneo local del emmental suizo, que la astringencia del tannat le valió la fama de “vino lija” en tiempos lejanos, que puede ser común que una jefa de hogar, en campaña, cocine milanesa de carpincho o que un pescador tenga la picardía de usar queso como carnada. En la que quizás sea una de las escenas más simpáticas, hay una demostración de conocimiento y diversidad cuando dos pescadores, sobre una embarcación, juegan un tutti frutti oral sobre las especies que se encuentran en nuestras costas."
"La memoria se construye con imágenes, pero también con aromas y sabores. Se hace evidente cuando el olor de un pan leudando en el horno o del arroz con leche espesándose en la olla nos remontan a otro lugar y otro tiempo. Criollo, el documental dirigido por Pablo Banchero, viaja a la esencia de la identidad culinaria uruguaya a través de varios testimonios, entre ellos el del cocinero Hugo Soca, cuya historia es el hilo conductor de la película. Desde el hogar de su infancia, en un campo cercano a Pan de Azúcar, Soca evoca los recuerdos y las recetas de su abuela. En ese concepto de la gastronomía como símbolo de pertenencia, el cocinero llamó a su restaurante Tona, en honor a esa abuela que fue su inspiración culinaria. La combinación única de ingredientes que constituían aquellas preparaciones se inmortalizó en el libro Nuestras recetas de siempre."
"Un viaje en el tiempo centrado en la gastronomía, los recuerdos de los encuentros en familia y los momentos felices de la infancia forman parte del documental uruguayo «Criollo», una pieza que este jueves fue premiada en el festival de cine de Málaga, en España, y que demostró que siempre «se puede».
La quesería, la fruta, la verdura, las costumbres, las fiestas típicas, las tradiciones y la cultura de los inmigrantes son algunas de las cosas que pueden apreciarse en este largometraje, cuyo hilo conductor es la vida del reconocido cocinero Hugo Soca, quien se muestra muy feliz con lo sucedido y así se lo hace saber a Efe.
«Cuando surgió la idea de hacer cine la gente decía: ‘¿Cine?’ ‘¿Una película uruguaya de gastronomía?’. Y acá está, gratamente seleccionada en Málaga y premiada. Es un orgullo, no por mí sino por los uruguayos en general», asevera."
"Criollo", sobre la identidad culinaria de Uruguay, recibió una mención del jurado del I Concurso de Documentales Cinema Cocina, que otorgó su premio principal -la Biznaga de Plata- a dos filmes españoles, el largometraje "Oro rojo", de Jesús Sotomayor, sobre el atún de almadraba, y el corto "No creo que vaya a llover", de Adrià Guxens, una diatriba entre tradición y futuro.
"Oro rojo" es la segunda entrega de una trilogía dedicada al atún en Barbate (Cádiz, sur de España), desde su pesca con esa técnica milenaria a su llegada al mercado de Japón, y "Jin Tian Bu Hui Xia Yu" (No creo que vaya a llover), es un viaje a China para mostrar un problema universal, la conservación de las tradiciones.
El jurado destacó del documental uruguayo -dirigido por Pablo Banchero y producido por We Cook Films-, su prolija narración sobre una gastronomía construida a base de las aportaciones de diferentes oleadas migratorias.
Un filme que cuenta con la participación de varios de los protagonistas actuales de la cocina uruguaya, entre ellos el cocinero Hugo Soca, y otros expertos como el sumiller español Josep Roca (El Celler de Can Roca).
Mientras que "Purity" (Argentina) recibió una Biznaga de Plata del público, que eligió los mejores largometrajes y cortos entre los once trabajos españoles e iberoamericanos a concurso -a los que se sumaron dos de exhibición-.
"Purity" es un largometraje firmado por el argentino Alfred Olivieri y su productora House of Chef, un pasaje en la vida del cocinero argentino afincado en Uruguay Juan Peralta Ramos una vez que ha decidido abandonar su vida urbanita para vivir y trabajar más cerca de la naturaleza en busca de la mayor pureza posible de ingredientes y técnicas culinarias.
El corto elegido por el público fue "El sentido del cacao", del español Alberto Utrera, que plasma la investigación desarrollada por Jordi Roca, repostero de El Celler de Can Roca (Gerona, noreste de España), para ayudar, a través del chocolate a personas que han perdido el sentido del olfato y del gusto.
Organizado por el Festival de Málaga y Lumen Proyectos Gastronómicos, Cinema Cocina ha llevado a su primer concurso documentales como "La última cena", protagonizada por el cocinero español Dani García; "Constante y El Floridita de Hemingway", con Jorge Perugorría y basada en la vida del coctelero Constante Ribalaigua o "Los últimos de la mejana", sobre la importancia de la agricultura y de una alimentación saludable."
"Criollo, el primer largometraje de Pablo Banchero, nos presenta una historia de amor familiar sobre la gastronomía de Uruguay. Esta cinta explora la cocina de Uruguay, un país hijo de inmigrantes, a través de sus raíces, sabores, aromas y herencias. La vida de Hugo Soca, reconocido cocinero, hace de hilo conductor, pues es la perfecta excusa para degustar, vivir y reflexionar sobre la importancia de la comida. Tras la proyección, Álvaro Muñoz de Lumen ha querido destacar que documentales de cocina como Criollo transmiten lo que la nueva gastronomía viene a revindicar."
"Sobre la cocina del país sudamericano, ésa que se muestra en 'Criollo', explica que se formó con la llegada de cada uno de los inmigrantes, quienes adoptaron las recetas de sus países con los ingredientes que encontraban.
Algo reconocido durante el festival, donde el jurado destacó del documental –producido por We Cook Films– su prolija narración sobre una gastronomía construida a base de las aportaciones de diferentes oleadas migratorias."
"De ahí que Criollo arranque con Soca recorriendo la casa de su infancia, ahora abandonada, en el campo, poniendo en palabras y gestos el marco que se irá llenando luego: la relación con el producto, el alimento, la receta, y la importancia de la comida en el funcionamiento humano desde el punto de vista más emocional posible.
“El hombre plantó su viña para él y las generaciones que vendrán, entonces no se va a ir”, dice en un momento de la película el vitivinicultor Reinaldo De Lucca. “Yo no me puedo ir, ¿a dónde voy a ir? Si acá hemos invertido la vida, ¡el tiempo! Lo invirtió mi abuelo, lo invirtió mi padre, lo invierto yo y lo están invirtiendo mis hijos”, agrega.
“Queríamos hablar mucho de hacer las cosas en comunidad; de la herencia, del valor de la herencia, de dejar un legado de información y cultura que nos dejaron nuestros abuelos y nosotros vamos a dejar, y una cosa de la imperfección de la naturaleza, de que la naturaleza es como es”, explica Banchero sobre las hipótesis sobre las que se basó Criollo, y que fueron comprobando en cada lugar."
"Sobre la cocina del país sudamericano, esa que se muestra en "Criollo", explica que se formó con la llegada de cada uno de los inmigrantes, quienes adoptaron las recetas de sus países con los ingredientes que encontraban.
Algo reconocido durante el festival, donde el jurado destacó del documental -producido por We Cook Films- su prolija narración sobre una gastronomía construida a base de las aportaciones de diferentes oleadas migratorias."
"Hungry for a mouth-watering and joyous celebration of Uruguay’s rich culinary traditions inspired by a rich mix of Swiss, German and Indigenous traditions, then Criollo will certainly satisfy your appetite."